Europa ha experimentado temperaturas históricamente cálidas durante la última semana de junio. Algunos días las temperaturas alcanzaron hasta 45 ° C. La parte cálida de la DO Montsant, donde se encuentra nuestro viñedo, quedó muy afectada. El calor extremo llegó muy temprano, antes de que las vides tuvieran tiempo de aclimatarse; como consecuencia, las uvas se quemaron y se secaron. La extensión del daño no se conocerá hasta que la cosecha haya terminado. La variedad garnacha ha sobrevivido relativamente bien, pero hemos perdido alrededor del 50% de la variedad cariñena. Para nosotros, esto representa una pérdida importante, ya que el 80% de nuestras cepas son de cariñena.
Por supuesto, un rendimiento de cultivo reducido a la mitad significa una gran pérdida de ingresos, pero también cambia las condiciones de los porcentajes planificados para nuestros vinos. Ahora hay una escasez de uva cariñena para los cupajes que habiamos previsto, lo que interrumpe las cosas, ya que solo queremos producir vinos utilizando nuestras propias uvas. Además, la caída en la producción en el área probablemente hará que comprar uvas este año sea difícil y caro. Ahora hemos reevaluado la situación y estamos trabajando en base a las nuevas condiciones que se presentan.
Las últimas campañas han sido anormalmente secas con muy poca lluvia, al igual que ha sucedido este año. Algunas de nuestras viñas más antiguas, las que producen el mejor vino, comienzan a marchitarse debido a la sequía. Las vides recién plantadas también han sufrido. El viñedo de Bell Cros no tiene riego. Como medida temporal, hemos instalado un sistema de riego móvil para evitar que las vides mueran. Actualmente estamos instalando sistemas de riego permanentes en las áreas más vulnerables, pero estos solo se utilizarán como apoyo para el riego durante las sequías.
Ahora hemos aprendido que cultivar un viñedo no es solo romántico, también hay que ser un agricultor de verdad.